Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Unión Europea analiza el potencial técnico y agronómico de Argentina para la producción de biocombustibles de segunda generación. Así son conocidos los combustibles que se obtienen a partir de materia seca vegetal.
El INTA viene trabajando desde hace mucho en varios tipos de biocombustibles como bioetanol, biodiésel y biogás, no solo en el desarrollo de los insumos tecnológicos para esos procesos sino también desde el punto de vista ambiental. Este proyecto en particular, financiado por la Unión Europea, busca avanzar tanto en el estudio de fuentes de materias primas como en los procesos de conversión y de obtención de varios coproductos con valor agregado.
Fuente: Río Negro